lunes, 13 de mayo de 2013

¿Se puede ser maestro antes de ser maestro?

¿Quién no ha enseñado algo a alguien, alguna vez? ha transmitido ese conocimiento a otra persona, ya sea porque lo quisiera saber por curiosidad o necesidad. Se puede ser maestro antes de ser maestro, de hecho ha habido maestros a lo largo de la historia que lo único que hacían era difundir su conocimiento, ya que este era muy apreciado porque  pocos tenían acceso a él, normalmente, solo la gente pudiente. Ya el modo en que enseñaran, o si resultaba interesante la clase era tema aparte, porque el mero hecho de tener acceso al conocimiento se tomaba como una suerte y un privilegio. Como requisito necesario lo único que necesitaba el maestro, era saber más que los alumnos, y así ha sido hasta hace relativamente  poco, aunque haya muchos que se empeñen en que esto siga así.
Entre esta gente erudita siempre ha habido buenos maestros, esto no es patrimonio de la actualidad, que se preocupaban por sus alumnos, que tenían en cuenta sus fortalezas y sus debilidades y los trataba como personas en su conjunto. Que pensaba la mejor forma de impartir sus clases y que resultaran amenas e interesantes, enseñándoles a aprender y a descubrir, esto no es solo patrimonio de hoy en día.
Es lo que se llama vocación, el maestro al igual que en otras profesiones la necesita, claro que se puede ser maestro sin ella al igual que médico, no se los demás, pero si me dan a elegir yo prefiero que me atienda un médico que la tenga.
La vocación es el primer paso, pero esta es como el talento, que sin trabajo no sirve de nada, esta vocación y motivación tiene que ser orientada hacia un fin, dotar al maestro en potencia de una buena base donde luego se asiente la práctica de la docencia. Pero pese a todo, esta es nuestra mejor arma, con la que nos defendemos al final, en forma de convicciones, ideales, valores y creatividad que son los que al final salen a la luz. Esto se refleja en los estudios de Lacey, en donde las opiniones pedagógicas de los alumnos de una carrera de maestro son las mismas antes y después, porque en el fondo educamos como somos.
En conclusión, para ser maestro hay que partir de una muy buena motivación para cumplir con tu labor lo mejor posible, añadirle una base consistente en cuanto a teoría y para rematar la receta de un buen docente, querer aprender siempre todos los días tener curiosidad e inquietudes  por mejorar y adaptarse, ya que un buen maestro empieza por ser buen aprendiz.

1 comentario:

  1. Buena reflexión, Susana.
    Déjame hacer una precisión: la pregunta exacta es "¿Se puede SABER ser maestro antes de ser maestro?
    Eso no invalida tu entrada, pero aporta un elemento más que es digno de ser pensado despacio.
    En cuanto a la vocación, sólo con ánimo de darte más motivos para pensar, échale un vistazo a esta entrada de Manuel Fernández Navas en su blog y a los comentarios que la gente ha hecho debajo.
    Enhorabuena.

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