domingo, 7 de abril de 2013

¿Qué escuela queremos para el futuro?

En este proyecto, cada grupo le ha preguntado a un profesional de la educación que escuela quieren para el futuro y para la sociedad en la que vivimos, y todos en mayor o menor medida muestran una total disconformidad con muchos aspectos que se dan en la escuela actual.
Todos coinciden en unas pautas básicas que debería tener la escuela ideal para que cumpla su función, que no es otra que la formación de personas. Ya, a esta alturas, aunque me faltan conocimientos teóricos y prácticos me puedo hacer una ligera idea de cómo sería la escuela perfecta, aquella que cumpliese todas las funciones que estos docentes le atribuyen y de la que a mí me gustaría ser parte en un futuro.
Una escuela planificada y organizada por todas las partes involucradas en la misma, de tal forma que la normativa que la regulara fuera pensada entre todos y llevada a un consenso, con un pacto de estado en la que esta no fuera algo que haya que cambiar según los intereses de unos y otros.
Unas familias y alumnos involucrados en la estructura de esta a los que se les escuche y que sean partícipes de las decisiones que se tomen para mejorarla.  Y si las familias no participan por cualquier circunstancia que la escuela sea un lugar que ayude a los alumnos más desfavorecidos enriqueciéndose todos, en general con la diversidad.
Unos maestros entregados y con vocación, ya que esta es una profesión que la requiere, que lleguen a estos puestos valorándoles las cualidades oportunas para el desarrollo de la misma, que exista una coherencia en la manera de seleccionarlos con el desempeño que luego van a realizar en el aula, de tal forma esto es así que muchos aprenden a ser maestros cuando enseñan y no antes. Que sean conscientes de que son determinantes en la formación de sus alumnos y que si todo lo demás falla, ellos con su esfuerzo pueden marcar la diferencia para mejorar la situación dentro de las limitaciones con las que se encuentren.
Y sobre todo un sitio donde los niños sean felices y crezcan, donde el maestro  no les descubra el mundo, si no que les enseñe a descubrirlo por ellos mismos y fomente la curiosidad y las inquietudes, que sean personas antes que trabajadores.
Pero ¿por qué la escuela que quieren estos docentes se parece tan poco a la actual? y ¿por qué fuera del ámbito educativo mucha gente se echa las manos a la cabeza cuando planteo como debería ser la escuela?
Por ejemplo se cree que si un alumno aprende a leer antes, es más listo o va a tener mayores posibilidades de estudiar algo difícil  en el futuro y con salidas profesionales. Que los niños tienen que saber dónde está Alaska porque si no cuando sean mayores no van a poder mantener una conversación coherente, que los profesores tienen que ser campeones de trivial en vez de tener unas cualidades humanas que fomenten el aprendizaje. Todos estos y muchos más falsos mitos que están instaurados en la sociedad, puede ser porque todo el mundo ha sido alumno alguna vez y por ende se supone que ya sabe enseñar o porque los adultos con hijos, ya tienen esa experiencia piensan que es la adecuada para todos.
Yo comprendí en su momento cuando intente enseñar a alguien sin ganas de aprender que ser maestro  no es una tarea fácil y que requiere de una formación y una práctica para despertar el interés y otros valores necesarios para vivir felizmente en sociedad. Admito también que mi idea de educación y como debería plantearse ha cambiado totalmente estos últimos meses yo también tenía esas falsas creencias, quizá se debería hacer comprender que los docentes son los especialistas en este campo y que a cualquiera que no tenga un mínimo conocimiento no se le puede encomendar esta tarea.